lunes, 30 de junio de 2014

Inexistente, inalcanzable.

Sólo somos experimentos del Universo creados mientras buscaba la perfección. El Universo seguirá creando personas diferentes hasta que encuentre la perfecta, cuando encuentre la perfecta desde ese mismo instante, todas, absolutamente todas, serán exactamente iguales. ¿Qué tiene de divertido eso? ¿Quién quiere un planeta lleno de perfectos, lleno de seres iguales? Cada vez que me miro al espejo veo a una persona diferente, la perfección en cambio siempre es igual. ¿Por qué ser perfecto cuando puedes ser perfecto e imperfecto? Las personas así, creaciones perfectas llenas de imperfecciones. Me gusta ser así, me gusta pensar diferente a nadie más, no quiero pensar como el resto del mundo, no quiero pensar “perfecto”. Soy una persona llena de miedos e inseguridades. ¿Qué gracia tendría la vida si no tuviese ningún miedo? Las personas vivimos con el miedo, forma parte de nosotros, no lo podemos eliminar porque de esa manera dejaríamos de ser nosotros. Somos seres controlados por Algo, Algo que nosotros mismos desconocemos, nuestra propia mente. Nuestra mente, esa mente llena de sentimientos incomprendidos, de pensamientos ocultos, de miedos controladores, llena de vida. Mi mente es un laberinto, un laberinto sin fin. Yo elijo qué camino seguir, por cual ir. A veces el camino es erróneo, a veces mis miedos confunden mis sentidos y viaje en la dirección incorrecta, a veces mi propia mente me engaña pero yo continúo caminando. ¿Por qué no utilizo la manera fácil e inteligente, la de ir con la mano derecha pegada a la pared de la derecha? Para mí esa idea es errónea, yo voy por el camino que quiero y yo decido equivocarme o no, no me gusta la vía fácil. En mi gran laberinto estoy sólo, algo muy extraño en mí… Todo es ironía, siempre estoy sólo. La soledad recorre siempre mi cuerpo. ¿Por qué se llama soledad a la soledad? No tiene ningún sentido porque la soledad no está sola, está conmigo. Al final de mí gran laberinto está el olvido. Todos caeremos en el olvido algún día, es inevitable, después de la muerte todos seremos un mero recuerdo perdido en la mente de una persona, que más tarde esa persona morirá junto con nuestro recuerdo. La vida es el principio y la muerte el final. Yo creo que no es así, yo creo que la vida si es el principio pero la muerte es solo el final del principio y el principio de la vida porque después de la muerte viviremos en el “Más Allá”, sólo necios creen en ello pero sí creo que después de morir estaremos en otro lugar. ¿Seremos ángeles? Lo dudo, siempre hay algo que te corta las alas, que te impide volar y dejarte llevar, y un ángel sin alas es una simple creación perfecta llena de imperfecciones, una persona. A veces siento que estoy vacío por dentro, y no me refiero a los órganos, están todos en su sitio, me refiero a que hay algo que no me llena, mi vida no me llena. En mi vida faltan pequeños detalles que me llenen. Antes estaba lleno, en aquella época en la que ignoraba al amor, y yo estaba bien de aquella manera… Pero llego ella, ella ha sido la única capaz de romper mis esquemas, de entrar en mi cabeza e invadirla, la única capaz de entrar en mi gran laberinto sin salida. El problema es que ella no pertenece allí ni quiere pertenecerlo, el problema es que nuestros laberintos se repelen, nuestros pensamientos se dirigen a personas diferentes y nuestras mentes se ocultan en una comprimida cabeza intraspasable. Ella es mi alegría y mi tristeza, pero yo a la tristeza le sonrió, y de esa manera se convierte en mi felicidad. Ella me hace feliz con una sola mirada y yo… Yo no hago nada, yo no soy nada, soy inexistente en su mente e igual que ella es mi existencia en la mía.

martes, 24 de junio de 2014

Mis sueños, mi lucha.

Sueños. Tengo millones de sueños revoloteando en mi cabeza como pájaros deseosos de volar y ser libres. Ser libres de mi cabeza. Sueños con ganas de ser reales y dejar de ser pensamientos. Todos tenemos sueños, algunos más que otros pero aún así todos tenemos. Nosotros avanzamos gracias a los sueños, sin los sueños no podríamos alcanzar nuevas metas. Sueños, los sueños son esas pequeñas gotas de lluvia en el cristal del coche intentando llegar las primeras a la otra punta. Son todas esas olas en el mar imposibles de parar, esas olas que se lo llevan todo por delante hasta llegar a su meta. Yo tengo millones de sueños, estoy formado de ellos. Los sueños son los que me mueven día a día, los que me hacen ser tan positivo, los que me hacen ver la vida más feliz, me la hacen ver como si todo fuera posible como si no hubiese obstáculo imposible de pasar. Vivo de sueños, de esperanzas y imaginaciones. Lucho por que sean reales y no me rindo jamás. Cuando pierdo las fuerzas, cuando el negativismo recorre mi cuerpo y la desesperación aparece… Aún así tengo sueños. Ellos son los que logran que todos esos sentimientos odiosos se vayan de mi cabeza. Para mi todos los sueños son igual de importantes, todos me hacen igual de feliz. Me gusta luchar por ellos día a día. Me gusta ponerme nuevas metas y sobre todo, me gusta llegar a ellas. ¿Cuáles son mis sueños? No acabaría nunca… Voy a explicar unos cuantos, así sabréis más de mí, sabréis como soy yo.

1- Quiero ser el mejor de clase, intento sacar las mejores notas siempre y cuando alguien saca más que yo me da rabia. Me gusta ser el primero en eso ya que es lo único que se me da bien.

2- En un futuro quiero teñirme el flequillo de azul y todo lo demás de negro, ¡tiene que molar mucho!

3- Quiero viajar por todo el mundo. Me encanta visitar sitios nuevos, sitios que no conozco. Quiero descubrir mundo, no quiero quedarme sentado en un sofá mirando el mundo por Google Maps.

4- Cuando tenga dinero y pueda, quiero vivir con mis amigos en un piso compartido. ¡Tiene que ser muy épico! Todos somos un poco desastres y tenemos demasiadas ideas locas, vivir juntos tiene que ser demasiado divertido.

5- Quiero tener perros. Cuando sea mayor quiero tener perros con los que poder ir a correr, perros que me hagan compañía cuando lo necesito, perros con los que jugar y pasar un buen rato.

6- Quiero escribir por lo menos un libro en toda mi vida. Es algo extraño que quiera hacerlo ya que soy de ciencias pero me encanta, me encanta leer y escribir. Me encanta dejar fluir mi imaginación y dejarla llevar de esta manera. Escribiendo y leyendo puedo ser millones de personas diferentes, con historias diferentes y vidas diferentes, sólo eso ya me apasiona.

7- Quiero encontrar a alguien especial, alguien con quien compartir mis ideas, mis sueños, mis vivencias. Alguien a quien querer de verdad. Alguien en quien poder confiar como a nadie más. Alguien que quiera estar conmigo, pasar el tiempo conmigo y no separarse de mí. Alguien que me mire de manera especial. Alguien que solo con verla me enamore. Alguien que me haga sonreír en los peores momentos y en los buenos también. Sí, sé que la estoy definiendo a ella, que la describo en cada cosa. Sí, tiene todo lo que busco pero dejo de describirla cuando llego a esta frase: Busco a alguien que me quiera más que a nada y a nadie. Ella no me quiere más que a nada ni a nadie. Hace dos días me hubiese rendido, me hubiese retirado y es más, hubiese intentado olvidarla. Ahora tengo algo claro, voy a luchar y no me voy a rendir. El día en el que pierda la esperanza dejaré de ser yo, y mientras sea yo, lucharé por ella.

¿Crees que son demasiados sueños? Pues en mi cabeza quedan medio millón más. Me encanta soñar y no dejaré de hacerlo por nada del mundo.

Mi infancia, mi adolescencia, mi vida.

Trece años juntos, desde los tres años habéis estado a mi lado. Sois toda mi infancia y toda mi adolescencia. Cuando miro hacia atrás os veo en todos los momentos buenos de mi vida, no faltáis en ninguno. Ahora os vais, o me voy yo, depende de cómo se mire. Os echaré de menos, echaré de menos estar a vuestro lado cada hora, cada minuto y cada segundo del día. Nuestros caminos están unidos, vamos por el mismo camino, ahora cada uno ha ido por una bifurcación diferente pero nuestros caminos siempre estarán unidos y sino los uno yo. Echaré de menos todas las tonterías que hacemos, que no son pocas al largo del día. Echaré de menos nuestros insultos con cariño, las bromas entre nosotros y todas las risas. Al largo de estos trece años hemos cambiado mucho, aún así no nos hemos separado nunca. Como todos, hemos tenido nuestras broncas, nuestras peleas pero todos los momentos buenos me hacen olvidarlas. Ahora puedo decir que sois las mejores amigas que he tenido en toda mi vida, no necesito más. Nos seguiremos viendo en alemán, sé que no es lo mismo pero algo es algo. Aún así no penséis que os librareis de mí tan fácilmente, nos seguiremos viendo y todos mis viernes están reservados para vosotras. Están reservados para esos días bailando Just Dance en las que nunca ganaba, para esas tardes jugando a la Play como viciados, para esas tardes viendo películas o para esas tardes sentados en nuestro banco, porque ahora es nuestro. Para mí no habéis sido solo mis amigas, habéis sido como mis hermanas, mi familia, mi vida y no os olvidaré. Cuando sea mayor a mis hijos les diré que sois mi familia, y no será enseñándoles una foto, será en directo, con vosotras delante. Un día volveré a Londres y quiero que sea con vosotras y recordar todo lo que vivimos allí todo este año. Cuando miro hacia el futuro y me imagino cómo será os veo a vosotras en él. Tengo millones de ideas, de planes por hacer con vosotras. Vosotras estáis presentes en mi historia, la historia de mi vida, marcadas con tinta imborrable. Os quiero dar las gracias por todos los momentos bueno de mi vida en los que habéis estado presentes, gracias por ayudarme cuando lo he necesitado, gracias por conseguir olvidar los problemas y despejar mi mente. Si alguna vez os he molestado, lo siento (Os diría que os jodieseis pero quiero quedar bien en el texto). Es broma, gracias por todo. Gracias por ser vosotras. Gracias por hacerme ser yo. Nunca os olvidaré Paulas.

sábado, 21 de junio de 2014

Mi laberinto, mi cabeza, mis miedos.

Siento que estoy cambiando y no me gusta. El miedo se apodera de mi cuerpo y me impide hacer lo que quiero, me impide ser yo. Pero no solo siento miedo, ahora ya sé que sentía ella cuando le veía con otra. Los celos recorren mi cuerpo y lo consumen poco a poco, lo queman y lo destruyen. Mi cerebro, los celos y mis miedos se han unido en contra de mí, ahora estoy solo. No tengo nada ni nadie que me pueda ayudar, solo lo puedo hacer yo pero no sé que tengo que hacer. Quiero perderme en una isla desierta, sólo con mis libros, películas, sitios que ver y una gran piscina. Me duele todo pero principalmente me duele ser yo. Quiero dejar de ser yo, no quiero ser ese chico que no hace lo que quiere por miedo, no quiero ser ese chico que no puede controlar su cabeza, no quiero ser ese chico al que sus miedo lo controlan, quiero ser el de antes… Quiero ser el de antes de enamorarme, cuando era seguro de mi mismo y mi cabeza estaba bajo control. Ella lo es todo pero… ¿Y si también es mi destrucción? No quiero saberlo. Solo sé que mi cabeza quiere que la olvide y no puedo. Cada día, cada vez que la miro, cada vez que veo un mensaje suyo, mi cabeza me pide que no le hable, que la deje ir. ¿Y si es lo correcto? A veces le hago caso a mi cabeza y decido alejarme de ella, ni la miro por miedo a perderme otra vez en esos ojos verdes impresionantes que me hipnotizan y no me dejan, no me dejan olvidar. Pero siempre fallo, siempre acabo hablándole de nuevo. La guerra dentro de mi cuerpo entre cerebro y corazón me está destruyendo, ya no sé ni que quiero, ni que soy. Llevo sólo desde que nací y continuaré sólo hasta que muera. Y pensar que mi mayor miedo es quedarme sólo… Nadie dijo que la vida fuera justa, fácil y bonita. Solo hay que luchar. ¿Y si ya no tuviese fuerzas? Todo dentro de mí se ha desmoronado. Siento que estoy en medio de un laberinto y tengo que encontrar la salida, pero cada camino trae una consecuencia y sólo una es buena. Estoy perdido en un bosque sin fin lleno de árboles y cada hoja de cada árbol es un recuerdo, un recuerdo bonito pero que duele. Sé que estoy muy borde con ella y quizás con todo el mundo. Quiero volver a como estábamos antes, a cuando hablábamos hasta las dos de la mañana, a cuando quedábamos para ver películas los dos solos, a cuando miraba el móvil todo el rato esperando que llegara un mensaje suyo… Ahora todo eso ha cambiado, ya no quedamos casi nunca y cada vez que le envío un mensaje estoy tenso. Nuestras conversaciones ahora son frías y se me hace pesado pero el único culpable de todo eso soy yo, mi bordería, mis miedos y mi cabeza. Me jode verla con él y lo pago con ella y no debería hacerlo. Soy un egoísta, lo sé. Y soy tonto, tonto por tener esperanzas, por soñar en cosas imposible, por imaginar mi futuro con ella y todo son mentiras. Nada es real ni lo será, solo son mentiras en las que intento creer para no caer, pero sé que son mentiras. Y como he dicho muchas veces, a un tonto no le quiere nadie, y a un borde menos. 

domingo, 15 de junio de 2014

Imaginación, sueños, mentiras.

Imaginación. Al cabo del día imagino millones de cosas. Me gusta, me gusta imaginar. Imaginando puedo ver cosas que sucederían si fuera diferente, si actuara diferente, si hiciese unas cosas en vez de otras, si hiciera lo que pensara y no lo hago por miedo. Mi va es completamente diferente en mi imaginación, es como me gustaría que fuera. Pero como todo, también tienes sus cosas malas. A veces imagino cosas que quiero que sucedan, cosas que quiero con todas mis fuerzas, pero sé que nunca sucederán. Y me duele. Me duele mucho. Cuando me estoy duchando imagino y pienso en un montón de cosas, y a veces me torturo con ellos, con esos pensamientos, con esos sueños imposibles. Hoy… Hoy también he imaginado. Sonreía mientras lo hacía, hasta que me di cuenta que solo eran sueños, mentiras. Perdí esa sonrisa, esa sonrisa feliz que he mantenido todo el día gracias a ella. ¿Casualidad que también fue ella quien me la quitó? No, no fue ella, fue mi cabeza. Mi cabeza siempre ha sido lo que más he querido, mi cerebro… Siempre le he tenido aprecio. Creo que tiene envidia, por eso me hace eso. Envidia de que ahora lo que más quiero es a ella. La utiliza, la utiliza a ella en mi imaginación, me hace daño haciéndose pasar por ella, mi cabeza quiere que la odie. A veces lo consigue, otras hace que la quiera más aún. La semana pasada lo consiguió, consiguió que la odiara. Esa es la razón por la que estuve tan borde, tan borde con el mundo, con ella… Estaba enfadado con ella… No, en realidad estaba enfadado conmigo mismo y lo pagué con ella. Hoy en la ducha también estaba imaginando… Estábamos ella y yo, en su casa, sentados en su sofá viendo una peli… Algo muy típico con ella pero algo cambiaba, sucedía algo que me hacía feliz y me dolía a la vez. Algo de lo que no quiero hablar ahora, ni con nadie. Estaba feliz, soñaba, estaba con ella y solo con ella, algo que quiero desde hace mucho. Y entonces desperté. Desperté de ese sueño, de esa imagen grabada en mi cabeza. Volví a la realidad, esa realidad en la que ella y yo no estamos juntos. Duele. Duele mucho. Toda mi vida he admirado mi inteligencia y mucha gente sentía envidia de ella pero ahora me he dado cuenta de algo, que soy tonto. Y nadie quiere a un tonto.

sábado, 14 de junio de 2014

Ardo, muero.

Los rayos de sol se clavan en mi piel con fuerza. Camino descalzo por la arena. Dunas y más dunas, no veo nada más. El sol calienta mi cabeza con fuerza hasta el punto de arder. Mis pies llenos de heridas por caminar descalzo. Mi boca reseca, no bebo agua desde que llegué aquí, desde que desperté aquí misteriosamente. Mi barriga rugue con fuerza, tengo mucha hambre. Llevo dos días caminando, sin rumbo. Me siento perdido en este desierto sin fin. Este desierto que me arranca la fuerza, que me quema, que me destruye. Camino recto con la esperanza de salir de él, pero no le veo final. Camine lo que camine parece que esté siempre en el mismo punto, en el punto de partida. Parece que no avance, parece que cada vez este más lejos de salir, de llegar a la meta. Mis pies no pueden continuar, pierden las fuerzas y poco a poco se duermen. Caigo al suelo y la arena golpea mi cara, se introduce por toda mi ropa y se engancha a mi piel. Escupo, ha entrado arena en mi boca. Intento levantarme pero mis brazos tampoco pueden más, no se mueven, no reaccionan. Mi cuerpo ya no me hace caso, ya no lo controlo yo. No puedo levantarme, cada parte de mi cuerpo ha muerto poco a poco. Solo queda mi mente, esa mente que me tortura cuando quiere y como quiere. Ya no me puedo fiar de nadie, ni de mi mismo. Con todas mis fuerzas me levanto y ando, despacio pero ando. Le sonrió al sol, a la arena, al sufrimiento. Les duele. Continúo andando como puedo. Arrastro los pies por la arena ardiente, no chillan porque no pueden sino ya lo hubiesen hecho. Me seco el sudor de la cara con las manos pero es imposible quitarlo, no paro de sudar. No hay ninguna nube que tape el sol, los rayos llegan directos a mi cuerpo. Mi piel está roja, más roja que nunca. Me arde todo. Mis piernas fallan y caigo al suelo. No voy a levantarme, lo sé. Mi cuerpo está muriendo poco a poco y ya no quiere continuar, quiere descansar, quiere morir en paz. De mis ojos salen lágrimas, nunca habían salido tantas. Recorren toda mi cara y después caen en la arena. Puedo ver la mancha hecha por mis lágrimas en el suelo. Lágrima tras lágrima se moja la arena más y más, lloro hasta que mis ojos no pueden más, hasta que rojos por todo mi dolor se han resecado por completo. Pasa el tiempo y mi cuerpo no puede moverse, no puedo mover ni un simple dedo. Sólo espero que alguien venga, alguien venga a salvarme… Pero es imposible, nadie me va a salvar. Nadie va a encontrarme en este desierto infinito. Dejo que poco a poco mi cuerpo muera y cierro los ojos, no puedo mantener ni los párpados abiertos. Solo vive mi mente, mi mejor amiga y a la vez mi peor enemigo.  Mi mente solo espera que alguien la salve, que alguien la haga volver a la normalidad. Pero eso no sucederá, nada volverá a ser lo mismo.

jueves, 12 de junio de 2014

Quiero...

Siempre he tenido mi mente organizada, con todas mis prioridades en orden, con un puesto asegurado imposible de cambiar. ¿Y si todos mis esquemas se hubiesen roto? Lo han hecho, ya no tengo claras mis prioridades, ni lo que quiero, ni lo que sé, ni lo que quiero saber. ¿Y si ya no quisiera saber nada más? Solo quiero irme, lejos, muy lejos. Desaparecer. Desaparecer de este barrio, de este país, de toda la gente. Quiero vivir tranquilo. Aún así mi prioridad son los estudios, eso me impide fugarme. Bueno, eso y la edad y el dinero. Por no decir que no quiero dejar a mi familia atrás. ¿Los amigos? Creo que ya lo he dicho, no sé ni lo que quiero ya. La verdad, necesito tranquilidad. Solo me queda una semana para ello. Cuando empiecen las vacaciones todo será dormir, leer y ver películas. Cada año me decía a mí mismo, este verano quedaré con gente y no me quedaré en mi casa como un antisocial. Nunca lo hacía y me molestaba. Ahora lo que quiero es todo lo contrario, no quiero ni salir de mi casa. Quiero soledad, un sofá para mí solo i millones de libros i películas. ¿Ver películas con ella? Creo que ya he respondido esto antes, no sé ni lo que quiero. Siempre he odiado a muerte mi apartamento, no quería ir nunca. No quería ir porque allí no hay nadie, estoy sólo. Ahora lo que más deseo es irme al apartamento ya. No quiero verle la cara a nadie durante un tiempo. Quiero reflexionar tranquilo. Quiero tumbarme en el césped mojado y que el sol toque mi piel dejándola roja, como siempre, mientras tengo un libro en mis manos y lo leo. Quiero saltar en la piscina de cabeza y no salir nunca de ella. Quiero ir a la playa y notar como las olas chocan contra mi cuerpo con fuerza, pero a la vez con suavidad. Quiero sentarme enfrente del mar y mirar el horizonte. Quiero notar las piedras debajo de mis pies en la playa. Quiero ponerme las gafas de sol, hacerme un hueco entre las piedras y tumbarme mientras escucho música. Quiero que mi piel blanca pase a ser roja y más tarde marrón, morena, quiero que sea de ese color que tanto me encanta en mi piel. Quiero correr por las calas con el sol ocultándose detrás del horizonte, con la brisa tocando mi piel y luego darme un buen baño de noche tranquilamente. Quiero estar día y noche leyendo, hasta las cinco de la mañana como suelo hacer en época de fiesta, y acabarme el libro en dos días. Quiero ver millones de películas tumbado en ese césped, ahora ya seco porque le ha dado el sol todo el día, y en mi cama. Quiero viajar a sitios pero eso ya lo tengo descartado, mis padres no son fan de viajar, les gusta más ir al apartamento que ir a sitios que no conocen. Quiero hacer tantas cosas… No quiero parar ni un solo segundo de hacer lo que quiero. Estoy arto de tener que hacer lo que quieren los demás. Esta vez es mi turno, yo elijo que hago o que dejo de hacer. Quiero perderme.

martes, 10 de junio de 2014

Barrera.

Ando despacio. Todo está oscuro y no logro ver nada, es como si mis ojos estuviesen manchados en tinta, tinta permanente. Toda mi vida he tenido un velo que me impedía ver, ver la realidad, ver mi alrededor, verme. Pero logre quitarlo, logre eliminarlo, pero con ayuda. Ella lo logró, me hizo ver cosas que jamás había visto en mi vida, ella consiguió hacerme creer en algo, creer en ella. Ese velo me impedía ver cómo era ella de verdad, ella me quito ese velo, me lo mostró. Pero ahora en está oscuridad infinita siento que ha vuelto a caer ese velo, una barrera que me impide ver más allá. Continuo andando con tranquilidad, la tranquilidad es lo último que se debe perder. De repente choco contra algo, algo que no veo. Estiro las manos hacia adelante y vuelvo a tocar eso que me impide continuar, es una pared. Sigo andando pero con la mano pegada a la pared, quiero encontrar una salida, quiero saber que es lo que me encierra y sus puntos débiles. Siento que doy vueltas en círculos, no encuentro nada que me indique que es esa maldita pared y porque estoy yo dentro. Creo que he recorrido el mismo camino cinco veces. Paro y me siento apoyado contra esa pared, no sé que más hacer. Siento un golpe detrás de mí, en mi espalda, pero no me toca, no me golpea. Giro la cabeza y veo una figura, una figura no muy grande, bajita y delgada. Reconozco esa figura al instante, es ella. Me saluda con la mano, con esa sonrisa llena de alegría, con esos ojos que brillan como la luz de la luna y logran hipnotizarme, con su corta melena meneándose con el poco viento que recorre el lugar. Corro hacia ella pero me golpeo con esa pared, esa pared invisible que me tortura. Me mira y ríe, me relaja, me siento seguro con ella. Me dice algo pero no lo escucho, esa pared me lo impide. La miro a la boca e intento leer sus labios pero no lo logro, soy un negado para esas cosas. Si una vez pude quitar ese velo que me impedía ver sé que podré quitar este muro que me impide llegar a ella. La miro a los ojos. Es lo peor que podría a ver hecho. El corazón se me acelera, siento que en cualquier momento va a salir de mi cuerpo, se me corta la respiración, necesito más aire. Sube la temperatura, mi temperatura interior ha aumentado demasiado, más de lo que puedo resistir, y siento que en cualquier momento voy a arder. Me alejo poco a poco, me duele. Me voy al centro, al centro de esta maldita habitación que me encierra. Desde este punto no puedo verla, esté donde esté no la veo. Me siento en el suelo. La cabeza me va estallar, demasiados pensamientos de golpe en mi cabeza. Cierro los ojos y me agarro la cabeza, la mantengo con firmeza. No abro para nada los ojos, ya no quiero salir. En ese instante escucho una voz, una voz que me acaricia suavemente la piel y se introduce en mis oídos y en mi cabeza. Es su voz. ¿Cómo ha logrado hablarme? ¿Ha traspasado la barrera? No quiero saberlo, solo cierro los ojos con fuerza. Sus suaves manos entran en contacto con las mías. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Poco a poco las mueve tranquilamente y me acaricia la cara con suavidad. Me besa la frente con firmeza, con suavidad, y luego mantiene su frente junto con la mía. No sé si abrir los ojos… Quiero correr, salir huyendo, separarme lo máximo posible. Pero otra parte de mi no quiere lo mismo. Mi otra parte quiere que estemos más juntos aún, que no se separe de mi por nada del mundo, que el tiempo se pare ahora mismo y estemos así hasta el fin de los días. Me levanto, me separo de ella y corro con todas mis fuerzas, creo que nunca he corrido así. Me golpeo con la pared con fuerza y caigo al suelo. Vuelvo a cerrar los ojos, no quiero pensar en nada. Quiero desaparecer. ¿Es todo un sueño? Me pellizco para comprobarlo pero no funciona. Un ruido atronador suena cerca de la pared. La pared se está moviendo, cada vez la habitación es más pequeña. Golpeo la pared con fuerzas, quiero huir, salir corriendo. “Lucha contra tus miedos, todo esto no es real”. Escucho esa frase en mi cabeza una y otra vez. ¿Qué debo hacer? Sé lo que tengo que hacer, tengo que luchar contra mi mente. Vuelvo al centro. Ahora es ella quien está sentada en el suelo, sus manos tapan su cara. ¿Soy yo el culpable? Sea lo que sea, sé lo que tengo que hacer. Sé cómo salir. Yo la he metido en esto, todo es mi culpa, yo no quería… Yo no quería que nadie entrara en mi cabeza. Desde pequeño la he mantenido cerrada, llenándola con los estudios y aficiones. Siempre he tenido una barrera que ha bloqueado todos mis pensamientos, mis sentimientos, mis ideas, todo protegido por esa barrera. Nadie podía entrar ni nada podía salir. Ella ha roto esa barrera y ahora la torturo con ello, y sé que no debo hacerlo. Mi mente está descontrolada, es ella quien la tortura, no yo. Pero es mi mente, es mi cabeza, yo la controlo. Después de que ella entrará esa barrera se cerró de nuevo, impidiéndola salir, impidiéndome salir. Hoy esa barrera se va a abrir, ahora soy yo quien decide cuándo debe abrirse o cerrarse, que entra o que sale, que pienso. La habitación es tan pequeña que estamos pegados, separados por un paso. Soy yo quien debe dar ese paso, es el momento. Doy el paso, la levanto, la miro y sonrío, como siempre. La abrazo, la abrazo con todas mis fuerzas. Ella lo necesitaba, se lo vi hace tiempo pero nunca lo hice. Yo también lo necesitaba pero nunca dije nada. Nunca hago lo que quiero, siempre me lo guardo todo, me aguanto. Es mi culpa que esa barrera se descontrolara, que entraran cosas y no saliese ninguna. Me lo guardé todo, todo para mí y me explotó en la cara. La barrera se dio cuenta de que ya no podía controlar ni mis pensamientos y aprovechó la oportunidad para hacer lo que ella quería. Perdí las fuerzas para mantener el equilibrio, me perdí en mi propia cabeza, en un pozo sin fondo. Es hora de que vuelva, tengo las fuerzas para hacerlo, ahora las tengo. Todos mis pensamientos se ordenan en mi cabeza, los controlo al fin. Sé cuando debo pensar en algo y cuando no, puedo hacerlo. Porque ahora mando yo. La barrera se rompe mientras mis brazos todavía rodean su cuerpo. La suelto, la dejo ir. Ella decide, puede huir o quedarse. Mientras, yo camino y me alejo. Debo reconstruir la barrera, pero esta vez decido yo quien o que puede entrar o salir, no mis pensamientos.

lunes, 9 de junio de 2014

Valor.

Valor. ¿Las cosas tienen valor? ¿Las personas tenemos algún valor? ¿Cuánto valgo yo? ¿Y tú? No, no tenemos. Nada tiene valor, nosotros se lo damos. Nosotros damos ese valor, ese aprecio a ciertas cosas pero para cada uno tiene un valor diferente. Cada uno tiene algo que es más preciado para él, algo más valioso, algo que él haría lo que fuera por tenerlo o por no perderlo. A veces le damos valor a cosas sin importancia y a otras más importantes no se lo damos. Sinceramente en mi vida hay bastantes cosas valiosas, muchas materiales y pocas personas. Pero, ¿sabes qué? No quiero más personas valiosas porque ya tengo de sobras. Prefiero tener poca gente y que les importe de verdad que tener a mucha gente y que la mitad no me valore. Este año me voy a separar de mucha gente valiosa para mí, se van, pero algo tengo claro, no me van a perder para nada del mundo, me van a tener que aguantar hasta el fin de los días. Sólo me quedo con una persona valiosa para mí, ella es la que más va a tener que aguantar pero no pasa nada, me ama. ¿Cuánto valor tienen para mí esas personas? Es muy sencillo. Sólo tienes que mirar hacia allí. ¿Qué ves? ¿De verdad no lo ves? Fíjate más. ¿Ves el horizonte? Vale, ahora gírate. ¿Lo ves? ¿Ves aquel otro horizonte? Yo sería capaz por ellas de ir hacia al horizonte, sin parar por ellas. ¿Sabes qué significa? Nunca pararía. El horizonte no tiene final, mires donde mires hay horizonte y es imposible llegar a él. Lucharé por ellas siempre. Ellas son yo. Sé lo que te preguntas ahora. Quieres saber cuánto valgo yo, ¿no? Creo que no me has entendido, creo que no te has enterado bien. Ellas son yo. Sin ellas mi valor sería nulo. ¿El valor de ellas? Su valor sobrepasa el horizonte, sobrepasa cualquier límite, sobrepasa lo imposible.

viernes, 6 de junio de 2014

Mi túnel sin salida, mi planeta perdido, ella.

Ando descalzo. Ando en mi mente. Bajo mis pies lo puedo ver todo, puedo ver todos esos recuerdos que jamás olvidaré. También puedo ver algo sobre mi cabeza pero no quiero mirar, sé lo que hay. Sobre ella se encuentran todos los malos momentos de mi vida, ordenados uno a uno. Todos esos recuerdos me llevan al mismo lugar, coja el camino que coja siempre llego al mismo lugar. Dicen que todos los caminos llevan a Roma, ¿no? Pues en mi caso no, en mi caso todos mis recuerdos, mis miedos, mis malos momentos, mis sueños, mis caminos, todo, absolutamente todo me lleva a ella. No sé como lo hago pero siempre acabo pensando en ella. Sí, al final llegó el momento en el que ella se enteró de todo. La verdad, creo que no era ni el momento ni la manera pero el destino ha querido que sea así. En ese instante me quede tranquilo, estaba arto, arto de todo. Pero me he dado cuenta de que ha sido peor de lo que creía. Yo creía que ya estaba concienciado, que estaba preparado para la respuesta, preparado para lo peor. Lo creía pero no es así. Desde que ella lo sabe no paro de pensar, no paro de pensar en ella. Tengo millones de preguntas sin respuesta, millones de dudas, millones de pensamientos que me estrangulan, que me asfixian. Quiero saberlo todo y eso es imposible. Quiero saber que piensa, que piensa de mí, quien es en realidad, quien soy yo. Cuando la miro me pierdo en sus ojos verdes, en un túnel negro sin fondo lleno de mis sentimientos, de todos mis sentimientos confusos. Un túnel que por más que ando no tiene final i en las paredes solo está ella i todas esas preguntas que me envuelven escritas una por una en blanco en las paredes negras. Dicen que todo túnel oscuro tiene luz al final, ¿no? Mi túnel no lo tiene, mi luz es ella y no la tengo. Estoy perdido en un túnel oscuro lleno de preguntas sin respuesta que me torturan día a día, sin ella y sin luz para poder salir de ese maldito túnel. Una guerra ha empezado en mi interior, una guerra entre mi cerebro y mi corazón. Mi cerebro me dice que me olvide, que me aleje, que vuelva a ser yo y mi corazón me dice que lo intente, que luche, que no me rinda, que siga siendo yo, porque sin ella no soy nada ni soy nadie. No sé qué hacer. A veces mi odio, mi rabia, mi dolor se ponen de parte de mi cerebro y otras veces todo el amor, su mirada, nuestras conversaciones, ella se ponen de parte de mi corazón. ¿Y yo? ¿De qué parte me pongo? A veces quiero olvidarla, otras quiero quererla con todas mis fuerzas. La quiero con todas mis fuerzas y sí, lo juro por Snoopy, los Lunies, Barrio Sésamo, los Teletubies y todo lo que haga falta. Porque yo tengo algo claro, sólo tengo eso claro y es que te quiero con todas mis fuerzas, que te quiero más que a nada en el mundo y que te quiero como no he querido nunca. Porque sus ojos verdes me enamoraron desde la primera vez que los mire seriamente, desde que los mire de verdad, desde que la conozco como eres realmente y a través de ellos puedo ver su interior más profundo, ese interior que tanto me gusta. Su pelo corto me encanta, me dan ganas de tocarlo aunque ella no me deje. Su sonrisa me encanta, porque cuando sonríe, sonríe de verdad. Todas y cada una de las cosas que tiene ella me encantan. Incluso hasta su gran pesimismo me enamora, aunque quiero que lo cambie. Y yo… Yo sólo soy una persona más en este mundo, perdido en otro mundo que ni yo ni nadie conoce.

PD: T’estimu més que a res d’aquest món i ningú estima tant com jo.

Carta a un maltractador

Aquella por insuportable que recórrer per el teu cos, aquella desconfiança que tens, tots aquells pensaments negatius, aquells pensaments que et causa aquella por que no et pots treure del cap... De veritat que creus que tot això és més fort que l’amor que sents per ella? O es que no l’estimes de veritat? Saps que mai aconseguiràs que ella continuï al teu costat si la tractes d’aquesta manera? Ella encara segueix amb tu perquè t’estima massa per donar-se compte però el dia en que ella es doni compte de que estar amb tu no val la pena et deixarà anar, et deixarà sol. Ho has sentit bé? Sí, et deixarà sol, aquell sentiment al que li tens tanta por, aquesta paraula que no et deixa dormir per les nits tranquil. Un dia d’aquets quan tornis a casa no hi haurà res d’ella, cap rastre que indiqui on ha anat, semblarà que ella mai ha estat allà, al teu costat, que mai ha existit. Que sents al escoltar totes aquestes paraules? Sents dolor? Aquest dolor que sents ara és el que ella sent cada cop que l’insultes, la pegues o la deixes feta pols fent-la sentir inferior a tu. Saps quin és el problema? Que saps que no es inferior a tu, que es molt més forta que tu, que ella no sent por a quedar-se sola y tu si. Ella pot viure tranquil·lament sola, y tu? Pots? Si ella et deixa per la teva culpa, per tot allò que li fas cada nit quan arribes a casa després de treballar, tu podries viure sol? Podries viure sense ella? Jo ja tinc respostes per totes aquestes preguntes però vull que les pensis tu sol. Pots pensar tu sol o també li tens por a fer-ho sol? Tota aquella por, aquell odi i aquella ràbia que et surt en aquells moment per què ho pagues amb ella? Ella que t’estima amb totes les seves forces, més que a res en el món i tu ho pagues contra ella. Hi ha milions de sortides més abans de arribar a les mans, mai s’ha d’arribar a les mans. Des de que ho vas fer la primera vegada no has pogut parar veritat? Per què no et pegues a tu mateix? Saps que se sent quan et peguen? Ho has sentit algun cop en la teva vida? Jo crec que no. Saps que se sent quan t’insulten dia a dia sense parar? Saps que se sent quan et fan creure que ets inferior, que no vals res? No, no ho saps. No saps res, no saps res de tot el que es pateix. Tu només ets una persona més que viu millor que ningú. Saps per què vius millor que ningú? Perquè la tens a ella. La tens al teu costat i tu no la valores. Saps qui et neteja la roba o et preparà el sopar? Ella ho fa tot, i com s’ho pagues tu? Pegant-la, insultant-la. Creus que això és normal? No, no ho és ja t’ho dic jo. Ella ho fa tot per tu i tu no fas res per ella. Poc a poc la estàs perdent, et quedes sense ella. Que se sent al saber tot això? Explica’m, que sents en aquest moment? Se que no t’agradat escoltar tot això però és la realitat. Creus que a ella li agrada escoltar tot el que li dius aquelles nits? Totes aquelles nits insultant-la i tu no por suportar unes petites paraules que t’escric? Saps que? No ets fort, ets la persona més dèbil que he vist en tota la meva vida, ets la persona més indefensa de tot el món. Sí, ets tot allò que li fas sentir a ella. Tot allò s’ho fas sentir per tu deixar-te de sentir així però jo se que no ho aconsegueixes, que no aconsegueixes res, només perdre-la. Que se sent al fer una cosa i rebre tot el contrari del que esperaves? Saps que? A ella l’has perdut fa molt temps, t’ha deixat d’estimar, només espera el moment per anar-se’n però encara no està preparada però aquest moment s’està apropant i quant més passa el temps menys la tens. Estàs sol. Només tu, la teva por, el teu odi i la teva inseguretat. Que faràs ara? Ara sentiràs tot el que ella ha sentit, tota aquella soledat. Ara tot tornarà a tu en contra teva. Ara et trobes tu sol en un túnel sense fons ple de la teva inseguretat, desconfiança, odi, ràbia i sobretot ple de la teva por. Podràs aguantar-ho com ella ho va fer?

Recomendaciones varias.

Primero de todo disculparme por haber estado unos días ausente, he estado muy ocupado con exámenes y cosas varias y no he tenido tiempo para nada. Segundo, antes de colgar un texto que llevo pensando estos días quería decir que antes de ese colgaré uno que hice en catalán el otro día para el colegio. Finalmente vengo para recomendaros unos blogs:
http://loquepiensaunachicanormal.blogspot.com.es/
http://besitosdechocolateblog.blogspot.com.es/
http://welcomettowonderland.blogspot.com.es/
Desde mi punto de vista escriben genial, me encanta como lo hacen y como se expresan en sus textos. No sólo me encantan sus textos sinó que también me encantan las personas que hay detrás de ellos, quienes escriben, quienes son. No puedo definir lo que son para mí porque no hay suficientes palabras en el mundo que me ayuden a expresarlo. Yo creo que os gustará como escriben. Quien escribe el último blog no suele colgar mucho pero quizás cuando paseis teneis la suerte verlo.

domingo, 1 de junio de 2014

Lluvia.

Miro por la ventana. Parece que llueve. Pequeñas gotas golpean mi ventana con fuerza, desatándola con todo su potencial. Parecen furiosas, rabiosas. Se ve el odio en ellas desde la distancia. Una a una caen contra el suelo, contra mi venta y contra todo lo que encuentran a su paso. Están furiosas con todo y desatan su odio contra todos sin disimular nada. Cada vez son más gotas furiosas las que se dirigen a mí pero ese cristal nos separa y ellas se estampan contra él. Nada logrará que ellas lleguen hasta mí pero no paran, no se rinden, siguen adelante. ¿Seré yo su meta? Sí, yo lo soy y ese cristal es su obstáculo. Abro la ventana con todas mis fuerzas. Las gotas corren hacía mí. Espero que me golpeen una a una, sin miramientos. Siento como penetran en mi ropa y rozan mi piel. Ninguna para. Con todo su odio me golpean y cuando ya están encima de piel la acarician con suavidad, alegres de a ver conseguido llegar a su meta. Mi ropa ahora está húmeda y mi piel mojada brilla por el reflejo que crean las gotas con la luz blanca que crea mi lámpara. En el suelo hay un pequeño charco de las gotas que han ido cayendo después de golpear contra mi cuerpo. Me puedo ver reflejado en él. Me veo como soy realmente no como aparento y me gusta. Corro y abro la puerta de la calle. Salgo por ella y me coloco en medio de toda la calle y dejo que todas las gotas me golpeen sin miramientos. La calle está vacía, sólo yo y las gotas. Por fin soy yo. Corro por la calle, salto y grito con todas mis fuerzas. Hago lo que quiero y nadie me echa nada en cara, se queja o me mira mal. Soy yo con todas mis virtudes y mis defectos. Sin nadie que pueda criticarlos o cuestionarlos. Poco a poco las gotas pierden esa rabia, ese odio con el que me golpeaban con fuerza hace un instante. Su meta soy yo y la han conseguido, no tienen porque luchar más, no hay obstáculo que las detenga. Las gotas se han calmado, ya han gastado toda su rabia contra mí. Ya no tienen porque luchar, han logrado su meta y ahora intentarán buscar otra pero mientras están calmadas. Gracias a ellas he logrado quitarme esa máscara que me tapaba la cara, esa máscara que no me dejaba ser yo. Miro otro charco para comprobarlo y asegurarme y no la tengo, soy yo. El antiguo yo se ha ido, al fin soy quien quiero ser. Poco a poco el número de gotas se reduce, desaparecen poco a poco. Está parando de llover. No puede ser. ¿Por qué? No quiero que se vayan, no quiero que vuelva mi máscara. No hay nada que pueda hacer, poco a poco caen menos gotas y finalmente cae la última sobre mí. Caigo de rodillas al suelo y me tapo la cara. ¿Seré mi antiguo yo otra vez? ¿Ha vuelto la máscara? No me atrevo a mirarme. Me levanto y corro hacia casa, no quiero verme en ningún charco o espejo. No quiero ver mi reflejo. Entro y cierro la puerta con fuerza. Me acerco a la ventana y la cierro. En ese instante me doy cuenta de que el suelo está más mojado que antes, el charco es más grande. Veo mi reflejo, lo veo. Caigo de rodillas y miro otra vez para asegurarme. En el reflejo mi cara está cubierta por esa máscara, esa máscara infernal que no me deja ser yo. Una gota más aparece pero esta vez no proviene del cielo ni delas nubes sino de mis ojos.

Nuestros miedos, mis miedos.

¿Por qué sentimos miedo? A veces pienso que si no tuviésemos miedo todo sería más fácil. Inseguridades, vergüenza, nervios, desconfianza… Todo es lo mismo, todo lo causa el miedo. El miedo a fallar, el miedo a hacer algo que no queremos que pase. Todos tenemos miedo y es imposible que alguien no sienta miedo a algo. ¿Mi mayor miedo? Mi mayor miedo es quedarme solo, que un día no tenga nadie con quien hablar, quedar o hacer algo. No es el único miedo que tengo, otro miedo que tengo es que la gente cuente mis cosas, esa es la razón por la que soy muy desconfiado. Yo no he sido siempre tan desconfiado pero mis vivencias me han llevado a ser más de lo que era antes. Hay millones de miedos. Todos viviríamos mejor sin tener esos miedos ni nada que los pudiera causar. No tendríamos miedo a decir te quiero, ni miedo a la muerte, ni miedo a ser engañado o incluso no tendríamos miedo a cosas tan simples como las arañas. Si no tuviésemos miedo a la muerte nos atreveríamos a hacer muchas más cosas de las que ahora no somos capaces de hacer algunos. Si no tuviésemos miedo a decir te quiero quizás ya tendría pareja, quizás. Porque otro miedo que tengo es mostrar mis sentimientos, no me gusta que la gente los conozca porque pueden jugar con ellos, utilizarlos como quieran, incluso en contra mía. Quizás esa también es alguna de las razones por la que soy desconfiado. Me encantaría mostrar mis sentimientos a la gente que tengo a mí alrededor, a mis amigos de toda la vida, pero no puedo, lo intento pero no puedo. Si no tuviese miedo a mostrar mis sentimientos daría más abrazos, o daría abrazos porque no le doy a nadie o besos. Pero no, me aguanto las ganas, me las trago y me tengo que joder, por el simple hecho de que tengo miedo de hacerlo y me duele no poder hacerlo. Me duele mucho. Porque cuando ella me mira con esos ojos preciosos o cuando estamos solos o simplemente está cerca mío me dan muchas ganas de hacerlo. Pero no puedo, no puedo aunque tenga muchas ganas. De todas maneras es mejor que no lo haga. O a lo mejor pienso esto porque tengo ese miedo que me hace pensar esto para que ni siquiera lo intente, para darme una razón por la que no hacerlo. Ella ya “tiene” a otro, yo sobro. Quizás este pensamiento también es causado por ese miedo o quizás no y es la realidad, pero no puedo saberlo. De todas maneras, sea lo que sea, sé que no lo voy a hacer. El miedo me apodera y me odio por ello, porque sé que soy más fuerte que ese miedo pero no quiero serlo.