martes, 27 de mayo de 2014

Caminos.

Por favor, sal ya de mi cabeza. Déjame tranquilo. Quiero estar sólo y no lo consigo si estás tú todo el rato en mi cabeza. No me dejas concentrarme, no me dejas pensar, no me dejas estudiar. Por favor desaparece. Estoy arto. Solo quiero huir, no hablar con nadie ni ver a nadie. ¿Tan difícil es de entender? Quiero olvidarte y no puedo. No puedo parar de hablar contigo, ni de mirarte, ni de nada. Contigo soy incapaz de hacer cualquier cosa. Me odio por ello. Ella no puede parar de pensar en él y yo no puedo parar de pensar en ella, ese pensamiento me tortura momento por momento. Cada vez duele más y la herida crece. Yo soy feliz por naturaleza y todo esto está consiguiendo que ahora solo lo sea con una máscara. No sé si me duele más que tenga que fingir ser feliz o que nadie sé de cuenta de que solo estoy fingiendo. Solo consigo ser feliz ciertos momentos, cuando me olvido de ella. Hoy solo lo ha logrado una persona, una persona de la cual no he hablado antes en este blog. Creo que hoy he reído como nunca gracias a ella y eso me hace feliz. Me hace feliz pensar que si he logrado ser feliz un momento con el tiempo volverá a ser todo el tiempo. O eso espero. Esta persona me ha hecho reír por la tontería más grande del mundo pero lo ha conseguido y es lo que más me importa. Lo que más me duele es que el año que viene la dejaré de ver cada día. Seguíamos un camino juntos pero ahora cada uno ha ido por una bifurcación diferente. Pero tengo una cosa clara, no pienso perder el contacto con ella por nada del mundo. Ella quizás sea una de las más guapas de clase pero no es eso lo que me llama de ella la atención, sino que cuando la ves parece una persona muy fina, muy seria y en realidad no es así para nada, es alegre, divertida y incluso un poco loca. Es la persona más responsable y organizada que conozco en mi vida. En serio, no sé de dónde saca el tiempo cuando yo hago menos que ella y me dan ganas de tirarme por un puente. Solo decir por este blog que ella para mí es muy importante y darle las gracias por todo lo que ha hecho por mí al largo de estos cuatro años y que no la olvidaré nunca.

domingo, 25 de mayo de 2014

Recuerdos y maneras de ser.

Me encantan los niños. Me encanta jugar con ellos y volver a mi infancia. Aquella infancia en la que era libre, libre de estudios, libre de pensamientos, libre de todo. No tenía ninguna responsabilidad y me encantaba. Podía hacer lo que quisiera y nadie se quejaría, no como ahora. Hoy he estado con una niña pequeña preciosa que me ha traído la inspiración para este texto. Esta niña se llama Claudia, es rubia y tiene unos ojos azules grandes y preciosos. ¿Sabéis porque me ha inspirado? Porque todo lo que quería hacer, lo hacía, no se lo pensaba y me encanta. No como nosotros. ¿Cuándo empezamos a pensar lo que hacemos y dejar de hacer lo que pensamos por miedo? Porque es el miedo el que nos lo impide, ¿no? La verdad no sé si es el miedo o la vergüenza o el simple hecho de que le damos mil vueltas en la cabeza, quizás es todo o quizás no es nada. Quizás es que cuando crecemos vamos cambiando y nuestra manera de actuar es diferente. Claudia cada vez que quería hacer algo, lo hacía. No tenía miedo ni vergüenza ella solo lo hacía. No se lo pensaba ni una vez antes de hacerlo. Cuando me veía sentado venía corriendo y se sentaba encima de mí, sin pensar ni preguntar, solo lo hacía porque le apetecía y ya está, no hay más. ¿Por qué nosotros no hacemos lo mismo? Si nadie tuviese miedo o vergüenza ya habría millones de cosas que habríamos hecho sin dudarlo y no las hicimos en su momento. La verdad, conozco a alguien que hace algo parecido sin ser una niña pequeña, alguien que hace las cosas cuando a ella le apetece o tiene ganas de hacerlas, y la envidio por ello porque me encanta que sea así y a mí a también me gustaría ser de esa manera. Claudia ha conseguido enamorarme en una tarde solo por ser de esa manera y me ha hecho recordar cómo era yo de pequeño, era igual. Con el tiempo he dejado de ser de esa forma y me odio por ello, pero la vida es así. No siempre se puede tener o hacer lo que quieres.

sábado, 24 de mayo de 2014

Libros, vidas, sueños.

Tic, tac, tic, tac. Solo suena aquel reloj ruidoso en mi habitación. El silencio invade la habitación y la soledad se puede ver reflejada en ella. Solo yo, un libro y ese incesante ruido que resuena por toda la habitación. ¿Qué si estoy sólo? Yo nunca estoy sólo, ellos están conmigo. Cada uno de los personajes del libro son mis amigos, mis compañeros, mi vida. Cuando leo un libro es como si tuviese una vida nueva, la vida de otra persona a la cual le pasan cosas fantásticas. Yo dejo de ser yo para ser otro. Y me encanta. Viajo a millones de lugares diferentes, vivo muchas vidas diferentes y conozco a millones de personas y todo eso leyendo un libro. Cada una de las palabras, de las frases, de los capítulos, son mi vida. A medida que transcurre la historia empiezo a tener sentimientos, los sentimientos que tendría el personaje si existiera, los sentimientos que refleja el libro. Empiezo a sentir el amor del personaje con su enamorada, la lealtad entre sus compañeros y él, la adrenalina que él siente en los momentos peligrosos, la tristeza y la desesperación en los momentos más complicados, las alegrías después de lograr algo. Todos y cada uno de los sentimientos. Me encanta. Todas esas son las razones por las que leer me apasiona, me fascina. Porque leer es mi vida. Y todas esas son las razones por las que quiero escribir un libro, porque esta vez quiero ser yo el que cree esos sentimientos, el que cree una vida nueva, nuevos compañeros, enemigos y nuevas aventuras. Porque ahora soy yo el que tiene que hacer sentir todo eso a los demás, que los demás vean y sientan lo mismo que yo cuando leo un libro, pero esta vez hecho por mí. Ese es mi sueño y yo lucho por ellos, hasta que los logro. Porque las personas debemos luchar por nuestros sueños hasta lograrlos, nunca retirarnos. Y cuando yo escriba mi primer libro, recordaré este blog, y como empecé y todo lo que siento cuando leo un libro. El día en que un libro no me proporcione todo esto, todo esto que me encanta, todo esto que necesito, dejaré de ser yo. Solo quedaríamos yo y el ruido incesante del reloj. Sólo, estaría sólo. Sólo con ese ruidoso sonido. Tic, tac, tic, tac…

viernes, 23 de mayo de 2014

Te odio pero te quiero demasiado

Te odio. Te odio por haberme enamorado. Te odio porque después de enamorarme despareciste y me cambiaste. Te odio con todas mis fuerzas pero entonces me miras con esos ojos y me sonríes y me derrito, me derrito por dentro y todo el odio se va y solo queda amor. Te odio por lograr que el odio desaparezca de mi cuerpo y lo cambies por felicidad, por alegría, por amor. Quiero olvidarme de ti. Lo quiero con todas mis fuerzas, pero no puedo. No quiero perderte. Porque igual que te odio con todas mis fuerzas, te quiero con más fuerza aún. Tú logras que mis días negros brillen y me olvide de ellos, que solo estés tú en mi cabeza. ¿Sabes que es lo que más rabia me da? Que soy tu segundo plato, y yo no soy segundo plato de nadie pero aún así no puedo separarme de ti, no puedo alejarme y solo… Olvidarte. Si hay momentos en los que te olvido, la tristeza se va y solo queda alegría, pero es poco tiempo. ¿Quieres saber cómo logro olvidarte? Pregúntales a ellas. Ellas logran que todo mi desmoronamiento se reconstruya por instantes. Ellas logran hacerme reír cuando lo veo imposible. Ellas son mi vida. Con ellas he estado desde que nací y estaré hasta que muera porque lo son todo para mí. No hay momentos en mi vida en los que no estén ellas. Con ellas he hecho cosas que nunca hubiese hecho. Ellas no leen este blog, no saben ni que existe pero aún así quiero darles las gracias de alguna manera y aunque ahora no sepan ni que existe, mi idea es que en un futuro lo conozcan. Gracias por alegrarme esta tarde, por conseguir que me haya olvidado de ella. Hasta que he vuelto a casa. Me he duchado y solo estabas tú en mi cabeza. Tú me has dado la inspiración para este texto pero estoy arto de que seas el ombligo del mundo, de que seas mi centro, por eso he querido dedicárselo a ellas. Sí, ellas logran que te olvide cuando estoy con ellas, pero no puedo estar con ellas las 24 horas del día para que te vayas de mi cabeza. Si ella llegará a leer este texto me odiaría a muerte pero la verdad no sé que prefiero, sí que me odie de por vida o odiarla yo a ella por no quererme. Porque aunque la odie por no quererme y la quiera olvidar, ella lo es todo para mí. Ella llena mi vida pero también la vacía por completo. ¿Sabéis por qué también la odio? Porque yo siempre he tenido una sola prioridad, las estudios, y ella la esta sobrepasando. Porque ella me despista, me hace olvidarme de todo y que solo quede ella. Porque por ella lo dejaría todo, y no quiero.

jueves, 22 de mayo de 2014

Soy yo, soy realista.

Pasan minutos, horas, días y yo sigo sentado aquí, pensando en ella. Ella también está pensando en alguien pero ese alguien no soy yo, ella ya tiene la mente ocupada por él y no por mí. Yo solo soy otro más, nadie importante, nadie especial. Ni para ella ni para nadie. Solo soy uno más. Solo soy el inteligente de clase, responsable y que utiliza el cerebro, cosa que muchos de mi clase no hacen, que nadie quiere. ¿Pero sabéis que os digo? Que me da igual. Me da igual ser el tonto que solo tiene cuatro amigos, si llega, porque no necesito ninguno más porque para mí ellos lo son todo, porque amigos como ellos hay pocos. ¿Qué si confío en ellos? No mucho, pero el único culpable de no confiar en ellos soy yo. Yo he decidido ser así. Pero sinceramente, me alegro de ser como soy. Yo soy así y no voy a cambiar y a quien no le guste tiene la puerta abierta para irse. Y seguro que ahora os preguntáis, ¿Si no confía en nadie porque lo cuenta todo en este blog? Porque lo que escribo en este blog nadie lo puede utilizar en mi contra porque nadie me conoce, nadie sabe quién soy. Todo el mundo guarda secretos y no soy menos. Tengo secretos que incluso no contaría ni aquí. ¿Qué secretos tengo? Bueno, ella es mi secreto. ¿Cómo os quedaríais si os dijera que vosotros os habéis enterado antes que mis amigos de que me gusta alguien? Pues es la verdad. Es más, ellos aún no lo saben. Solo lo sabe una persona de mí alrededor y solo sabe lo mismo que vosotros y por este blog. Por supuesto ella no lo sabe. ¿Creéis que no me gustaría chillarle a los cuatro vientos que me gusta, que ella está siempre en mi mente y sus ojos me enamoran? Está claro que quiero hacerlo, pero no puedo porque ella quiere chillárselo a otro y no a mí. La magia entre ella y yo no existe, no logro hechizarla. Ella está hipnotizada por él y él lo sabe. Yo solo sobro, estorbo entre ellos dos. Sus ojos resplandecientes como el sol sólo se puede fijar en él, conmigo sólo se apagan. Al contrario que yo, a mí solo me resplandecen cuando la veo a ella. ¿Sabes que te quiero? ¿Sabes que te quiero más que a nadie y que a nada en este mundo? ¿Sabes que estoy enamorado de ti,            ?

miércoles, 21 de mayo de 2014

Ich liebe dich.

Cierro los ojos y me viene esa imagen, esa imagen que no puedo sacarme de la cabeza. A ella. ¿Por qué? Años y años juntos y nunca antes me había pasado. ¿Qué ha cambiado? ¿He sido yo? ¿Ha sido ella? ¿O acaso nuestra relación ahora es diferente? No tengo respuesta para ninguna de estas preguntas. Quizá todo ha cambiado, o quizá no. Quizá nunca me había fijado en ella profundamente. Quizá aún no la conocía del todo después de tantos años. Sólo tengo una cosa clara: Cuando estoy con ella el tiempo se para, todo cambia, nada nos rodea, solo ella y yo, mirándonos. Cuando la miro a esos preciosos ojos me sale una sonrisa tonta que no logro entender, pero no paro de mirarla, me gusta la sensación. Cuando estoy con ella todo se me olvida, no pienso, solo la veo a ella. ¿Qué me gusta de ella? Todo y nada. No hay día que no hable con ella. ¿Desde cuándo me importa tanto? Aún recuerdo esas noches en las que hablábamos hasta tarde. Digo recuerdo porque ya no suceden y es lo que más rabia me da, que siento que la pierdo, que cada segundo que pasa está más lejos de mi llegando a ser inalcanzable, hasta que me sonríe y lo olvido. Ella es fuerte y frágil. Es inteligente e inocente. Y, cómo no, un poco torpe. Un poco por no decir bastante. Ella es ella y nadie más. Ella es única e inigualable. No hay nadie como ella y nadie logrará serlo. Porque ella me llena y me vacía. Porque ella es mi luz en mi túnel oscuro. Ella es el orden en mi gran desorden. Me gustaría estar siempre a su lado, no separarme ni un solo centímetro pero sé que es imposible. Cuando ella se va aparecen todos los pensamientos negativos de golpe que invaden mi cabeza. ¿La quiero? Sí, creo que sí. Creo que me estoy enamorando de ella… Y me duele, porque ella es inalcanzable. Es una cerradura sin llave esperando que llegue la llave correspondiente y yo no soy esa llave.

martes, 20 de mayo de 2014

Caminos, sueños, metas.

Miro hacia adelante y veo un gran camino de tierra. Sé que tiene final pero no logro verlo desde aquí. Comienzo a andar aunque no sé porque lo hago. ¿Será la curiosidad o es que en realidad sé lo que voy a encontrar cuando llegue a la meta? Ando lentamente mirando fijamente el suelo para no tropezar. Cada vez el camino empieza a tener más piedras y agujeros que me dificultan el paso hasta el punto de que lo hacen imposible, pero yo no me rindo. Sigo andando pero con más cautela, no quiero caer. Miro hacia atrás y no veo el principio pero tampoco veo el final. No paro en ningún momento. Tropiezo pero consigo mantener el equilibrio y continúo avanzando. Sé que el camino cada vez se va a dificultar más y dudo de si lo voy a lograr. No, no pienso eso. Sé que lo voy a lograr, no me voy a rendir, voy a luchar. El camino comienza a elevarse creando una rampa complicada de subir. No paro. Empiezo a escuchar voces a mí alrededor. “¡No lo vas a lograr!”. “¡Ríndete!”. Las ignoro. Sé que se equivocan. No me conocen. Yo no me riendo, yo lucho hasta el final. Dejo las voces atrás. Una gota de sudor cae por mi frente. El sol brilla con toda su fuerza, quemando mi piel poco a poco dejándola de un tono rojizo. Nada podrá pararme. Poco a poco el sol desaparece y se cierne una tormenta sobre mí. Comienza a llover. Charcos difíciles de superar se forman en el suelo. Mis piernas se llenan de barro y poco a poco se endurece dejando mi pierna rígida. Caigo al suelo. No puedo más. La piel me arde, las piernas me duelen de tanto andar. No puedo levantarme, quiero descansar. Quiero dormir y no despertar en días. ¿Me estoy rindiendo de verdad? ¿Es cierto que no lo voy a lograr? No, no es cierto. Me levanto lentamente y me pongo de pie. Mis pies me piden parar y yo les obligo a seguir. Supero obstáculo tras obstáculo. Nada consigue pararme. A lo lejos comienzo a ver algo, una gran montaña se alza sobre mí. ¿De verdad tengo que escalarla? Parece imposible que lo logre pero nada es imposible. Subo poco a poco. Las manos me duelen igual que los pies pero no paro. Poco a poco avanzo territorio. Veo la cima. ¿Puede ser que esté llegando ya? La felicidad invade mi cuerpo y acelero. Solo me queda un poco más. Consigo llegar a la cima. Entonces la veo, veo la meta, la meta y todos mis sueños logrados. ¿Puede ser que mis ojos me engañen? No lo creo. Corro hacia ella y caigo a un metro de la meta. Mis piernas no me dejan levantarme. Me arrastro y al fin llego a la meta. Ahora lo puedo ver todo perfectamente. En la meta está toda la gente que quiero, todas las dificultades superadas, todos los sueños alcanzados. En ese momento me doy cuenta. Este gran camino ha sido difícil pero ha valido la pena. He luchado por mis sueños y los he logrado. Ahora ya tengo claro porque lo he logrado, porque no me he rendido, porque he luchado y lo he dado todo. Acabo de llegar a la meta y miro hacia adelante, veo otro gran camino. ¿Otro? Sí, otro. Tengo miles de sueños que cumplir, miles de metas a las que llegar. ¿Y sabes qué? No me rendiré.

domingo, 18 de mayo de 2014

Sueños

Ya debería estar durmiendo pero no puedo. Me tumbo en la cama y cierro los ojos. Intento poner la mente en blanco, dejar de pensar, pero sigo sin poder dormir. Ya es la una y sigo despierto. Mañana tengo que ir al colegio y sé que cuando me suene el despertador a las siete estaré hecho polvo. ¿Puede ser que no tenga sueño porque intento evitar las pesadillas que me suceden desde hace un mes? ¿O es porque no paro de pensar en ella? Desde que la vi por primera vez en mis pesadillas supe quien era y porque estaba ahí. Ella era mi amiga pero él la conquistó, la engañó, y se olvidó de mí, desapareció de mi vida. ¿Por qué? Ella sabía que era importante para mí pero aún así se fue y me dejo vacío. Los parpados se me cierran del cansancio y al fin sé que voy a dormir pero esta vez no dejaré que la pesadilla me atormente porque sé que no es real. Abro los ojos y vuelvo a estar en aquel lugar oscuro. Miro a mí alrededor pero ella aún no ha aparecido. Ni él. Poco a poco una figura se forma delante de mis ojos y sé que es ella. Me giro y comienzo a andar en dirección contraria, la ignoro. Quiero que sienta lo que yo he sentido desde que ella se fue, que se dé cuenta de que ya no soy el segundo plato de nadie ni de que me va a utilizar. Ella sabe exactamente hacia donde voy. Voy a por él. Poco a poco veo una forma delante de mí. Es él. Me giro y la miro a ella. Le sonrío pero ella hace una mueca. No entiende que estoy haciendo, ni porque ya no la quiero. Se confunde. Yo si la quiero pero correr detrás de ella no hará que vuelva a mí. Giro la cara de nuevo y le miro fijamente a él. Él corre hacia mí como habitualmente. Justo en el momento que va pasar de largo le empujo y cae al suelo. Ella chilla. Noto como se acerca corriendo a por él como nunca hubiese hecho conmigo. La rabia me inunda. Me agacho y le cojo a él por el cuello. Todo va a terminar esta noche. En el momento que ella me toca el hombro todo se desvanece y me quedo yo sólo en la oscuridad. Parpadeo y cuando vuelvo a abrir los ojos estoy rodeado por la multitud. Ellos dos están entre todo ese montón de gente y tengo que encontrarles. Miro de lado a lado y justo en el instante en el que me iba a rendir los veo. Están al final del todo, con cara de venganza, pero cuando nuestras miradas de cruzan sus expresiones cambian, ahora tienen terror. Es el momento. Sé lo que tengo que hacer para que todo termine. Corro hacia ellos y como habitualmente la gente se aleja de mí haciendo un pasillo entre ellos y yo. Me paro enfrente de ellos. La gente se coloco alrededor de nosotros con mirada curiosa. No saben lo que está sucediendo, lo que ha cambiado. He cambiado yo. Le miro a él y hablo:
- Este es mi sueño, yo lo controlo.
En ese instante él se rompe en mil pedazos que caen al suelo. El viento los mueve y los esparce hasta que no queda ninguno dentro del círculo. Ella llora. Yo sonrío, aunque me duele verla llorar. Abro la boca pero no me salen las palabras. Ella cae de rodillas al suelo mientras llora.
- No estoy solo. – Digo.
En ese mismo instante detrás de mí aparecen poco a poco unas formas. Las reconozco al instante, son ellos. Son mis amigos, todos y cada uno de ellos.
- ¿Ves este grupo? – Pregunto. – Son mis amigos. Tú antes estabas en este grupo pero decidiste irte, cambiarme por él.
Señalo un pedazo del suelo para que lo vea. Ella levanta la cabeza y se seca las lágrimas.
- Yo nunca te cambie. – Dice. – Solo lo preferí a él.
- Yo nunca te olvidé. – Digo. – Me hiciste daño.
- No era mi intención. – Contesta.
- Lo sé, pero lo hiciste. – Respondo.
Estiro el brazo para ayudarla a levantarse. Ella lo agarra con firmeza. Ya no recordaba ni el tacto de su piel. Ella nota que sonrío y se sonroja.
- Aún puedes volver. – Señalo al grupo de mis amigos incitándola a que vaya. – Te recibiré con los brazos abiertos.

Ella no contesta. Me mira. Hacía tanto tiempo que no veía esos preciosos ojos… Una lágrima sale de mis ojos. Ella se acerca, me seca la lágrima y me sonríe. No hace falta que diga nada, lo he entendido todo. La abrazo con todas mis fuerzas y no paro, no quiero soltarla ahora que ha vuelto pero tengo que hacerlo. Ella comienza a caminar y se reúne con todos los demás. Ella ha vuelto. En ese mismo instante despierto. Todo ha sido un sueño, no ha sido realidad. Ella no ha vuelto, ni sé si lo hará. Solo deseo con todas mis fuerzas que lo haga.

sábado, 17 de mayo de 2014

Oscuridad

Abro los ojos. Todo está oscuro, no consigo ver nada. Miro para todos los lados pero estoy yo solo. Avanzo poco a poco pero no sé hacia donde voy. Me giro para ver cuánto he recorrido pero parece que esté en el mismo lugar que hace 5 minutos. Empiezo a correr, necesito escapar de tanta oscuridad. Busca una rendija de luz pero no hay luz. Algo se mueve delante de mí pero no consigo ver bien que es. Poco a poco se acerca y la reconozco al momento. Es ella. Su cabellera se mueve y sonríe pero veo que es una sonrisa falsa, debajo de ella hay tristeza. Intento acercarme a ella pero cuando estoy a solo un centímetro se aleja, se va. Intento seguirla pero no consigo alcanzarla. Poco a poco desaparece en la oscuridad y en la distancia. Oigo algo detrás de mí. Me giro pero no hay nada. Continúo andando. Quiero encontrarla a ella. Quiero salir de aquí. Vuelvo a oír el mismo sonido que antes detrás de mí pero algo ha cambiado. Esta vez cuando me giro sí que hay alguien detrás pero no es ella. Es el. Corre hacia mí y yo huyo de él, corro pero no sé hacia donde voy. Caigo al suelo del cansancio, he corrido más que en toda mi vida. Él poco a poco se acerca a mí. No hay manera de escapar. Me acercó a él, quiero saber que busca de mí. Él continúa corriendo hacia mí pero cuando pronuncio la primera palabra para preguntarle pasa de largo. No me busca a mí, él la está buscando. La busca a ella. Le persigo, yo también quiero llegar a ella, no me quiero quedar atrás pero poco a poco se convierte en una sombra que se desvanece. Como siempre, me quedo atrás, sólo en la oscuridad. Caigo al suelo. No tengo fuerzas. Vuelvo a quedarme sólo como aquella otra vez… Aún me rodea la oscuridad. Necesito escapar de ella. Corro pero tropiezo y caigo al suelo. No hay nada que pueda hacer para escapar. Cierro los ojos, necesito descansar. Quizás lograré escapar si recupero parte de mi fuerza. Poco a poco caigo en el sueño. Ella aparece en mi sueño, es igual que cuando la vi antes. Él se acerca y se van los dos juntos. Parece que al final se encontraron, y me alegro. Pero vuelvo a quedarme sólo. Poco a poco abro los ojos pero ya no hay oscuridad, hay una luz cegadora. Me levanto poco a poco del suelo y miro a mí alrededor. Cientos de personas me rodean. No conozco a nadie. Todos me miran con odio. ¿Por qué me miran así? ¿Qué he hecho? Comienzo a andar hacia un grupo pero cuando me ven se alejan. Me acerco a otro pero nada más abrir la boca huyen. No sé que más hacer. Incluso estas personas desconocidas para mí me dejan sólo. Miro otra vez a mí alrededor y entonces veo algo. Ella me saluda desde la distancia. A su lado está él. Él me señala y se ríe y ella ríe también. De pronto todo el mundo desaparece y sólo quedamos ellos y yo. Me acerco a ellas pero en ese momento se despiden de mí con la mano, se agarran el uno al otro y desaparecen como todos los demás. Me vuelvo a quedar sólo. Todo se vuelve oscuro de nuevo. Vuelvo a estar en aquel lugar pero sé que no es real. Abro los ojos y despierto. Todo a sido una pesadilla, la misma pesadilla que me acecha día tras día.