domingo, 25 de enero de 2015

Mi mundo.

Cierro los ojos. Ya no estoy aquí, me he ido lejos donde ni el dolor ni la tristeza existen. Me he ido a mi mundo, a mi mente. Me refugio en ella, donde todo puede ser posible. Aquí mando yo, aquí soy yo, aquí tengo la vida que sueño con tener. Sí, podría decirse que esto es un sueño, pero estoy despierto. La realidad es dañina pero ahora estoy en mi propia realidad donde todo puede ser, donde todo es como yo quiero que sea. Aquí puedo volar, puedo correr más rápido que la velocidad de la luz, tengo más fuerza que mil hombres juntos… Aquí todo es posible. Aquí decido lo que soy, decido como es mi entorno, lo decido todo y solo con un simple pensamiento. Lo imaginario y lo irreal es real aquí. Aquí puedo hacer magia, aquí existe hasta el ser más extraordinario que pueda existir en la historia. Aquí soy libre, puedo ir donde quiera y cuando quiera. Puedo disfrutar de la soledad y de la compañía. Puedo hacer cualquier cosa, aquí no hay nadie ni nada que me lo impida. Aquí siempre es vacaciones y las responsabilidades y obligaciones no existen. Aquí soy todo aquello que quiero ser  pero no puedo ser en la realidad. Aquí pierdo los miedos y las inseguridades  que me atormentan en la realidad. Aquí la felicidad es real y no es solo una utopía inalcanzable. En mi mente todo es tan real… Pero no lo es porque la verdadera realidad está cuando abres los ojos y te das cuenta de que nada de lo que has imaginado puede ser posible. En ese momento quieres volver cerrarlos y vivir por siempre en esa irrealidad, pero no se puede. La única manera de que algo así exista es escribirlo, plasmarlo en la hoja y dejar volar la imaginación pero después tendremos que despertar y seguir adelante.

miércoles, 14 de enero de 2015

Mi burbuja.

Agua me cubre, me ahoga. No puedo respirar, el aire no llega a mis pulmones. Mis ojos ven borroso, no veo más allá de mí, más allá de lo que podría ser pero no soy. No puedo ver más allá de la realidad que me ahoga con tu recuerdo. Puedo ver como la gente avanza más allá de mi burbuja y yo me quedo atrás, solo. Veo como podría tener una vida fantástica y no la tengo, puedo ver fuera de la burbuja el yo que quiero ser pero que no logro alcanzar. Quiero salir de esta maldita burbuja pero no puedo, mis miedos me lo impiden. Quiero ser ese que mi cabeza imagina, quiero tener esa vida y no la mía. Mi propia cabeza me tortura, me obliga a mirar esas imágenes una y otra vez por no ser como quiere que sea, como quiero ser. Duele más lo irreal que lo existente, mi imaginación que la realidad, mi yo falso que yo mismo. Esa agua que me ahoga no son más que mis miedos, mis inseguridades, mis recuerdos. Algo destaca en esa agua pero lo ignoro, miro hacia otro lado. Incluso dentro de mi propia burbuja que me ahoga soy un cobarde y no afronto mis temores. La palabra que inunda mi cabeza es “Huir”. Siempre huyendo, siempre siendo un cobarde. Ya no huyo por mí, por volver a vivir, ahora huyo por los demás, para dejar de molestarles, por dejar de destrozarlo todo. Ellos necesitan más, algo que yo no puedo dar. No soy suficiente. Huir sería un bien para todos, para mí y para mi alrededor. La burbuja cada vez es más pequeña, me quiere aplastar, quiere verme sufrir. Tu recuerdo se acerca a mí, quiero que se aleje, necesito que se aleje. Lo he estado ignorando durante días, eso y tu ida. Quizás el que se fue fui yo y no tú. Necesitaba hacerlo, me estabas consumiendo poco a poco. Tu recuerdo sigue torturándome todas las noches, algunos días más que otros. A veces el cansancio gana a tu recuerdo y otras veces mi propia cabeza le gana, algo que hace unos meses no era capaz. Pensé que olvidarte sería más fácil, pensé que lo había logrado… pero tus ojos me siguen enamorando día tras día. Supongo que ahora entiendes porque evito tu mirada que me hace sonreír como un tonto pero que agranda la grieta que me rompe y me destruye por dentro. A veces como un tonto la busco en algún lugar… Alguna parte dentro de mí sigue teniendo esperanzas. Tiene esperanzas de que tú te pierdas en el iris de mis ojos como yo lo hice en los tuyos, esperanzas de que me saques de esta burbuja que me ahoga cada vez un poco más pero que no me mata. Te quiero tanto… Que duele. Pero a la vez te odio más que a nada en el mundo. Te odio con toda la fuerza de mi corazón, o lo que queda de él. Te odio porque pensé que eras diferente pero sigues siendo como los demás, sin ver lo que esconden mis ojos o ignorando lo que hay en ellos. Te odio por dejarme solo. Te odio por no entender mis miedos, por no entenderme a mí. Te odio por pensar más en ti que en mí cuando yo hago todo lo contrario. El amor solo lleva al odio, un odio que te consume y te cambia, y solo el propio amor es capaz de consumir todo ese odio de tu cuerpo. Mientras seguiré esperando a ese amor que consuma al mío antes de que me consuma yo.