domingo, 18 de mayo de 2014

Sueños

Ya debería estar durmiendo pero no puedo. Me tumbo en la cama y cierro los ojos. Intento poner la mente en blanco, dejar de pensar, pero sigo sin poder dormir. Ya es la una y sigo despierto. Mañana tengo que ir al colegio y sé que cuando me suene el despertador a las siete estaré hecho polvo. ¿Puede ser que no tenga sueño porque intento evitar las pesadillas que me suceden desde hace un mes? ¿O es porque no paro de pensar en ella? Desde que la vi por primera vez en mis pesadillas supe quien era y porque estaba ahí. Ella era mi amiga pero él la conquistó, la engañó, y se olvidó de mí, desapareció de mi vida. ¿Por qué? Ella sabía que era importante para mí pero aún así se fue y me dejo vacío. Los parpados se me cierran del cansancio y al fin sé que voy a dormir pero esta vez no dejaré que la pesadilla me atormente porque sé que no es real. Abro los ojos y vuelvo a estar en aquel lugar oscuro. Miro a mí alrededor pero ella aún no ha aparecido. Ni él. Poco a poco una figura se forma delante de mis ojos y sé que es ella. Me giro y comienzo a andar en dirección contraria, la ignoro. Quiero que sienta lo que yo he sentido desde que ella se fue, que se dé cuenta de que ya no soy el segundo plato de nadie ni de que me va a utilizar. Ella sabe exactamente hacia donde voy. Voy a por él. Poco a poco veo una forma delante de mí. Es él. Me giro y la miro a ella. Le sonrío pero ella hace una mueca. No entiende que estoy haciendo, ni porque ya no la quiero. Se confunde. Yo si la quiero pero correr detrás de ella no hará que vuelva a mí. Giro la cara de nuevo y le miro fijamente a él. Él corre hacia mí como habitualmente. Justo en el momento que va pasar de largo le empujo y cae al suelo. Ella chilla. Noto como se acerca corriendo a por él como nunca hubiese hecho conmigo. La rabia me inunda. Me agacho y le cojo a él por el cuello. Todo va a terminar esta noche. En el momento que ella me toca el hombro todo se desvanece y me quedo yo sólo en la oscuridad. Parpadeo y cuando vuelvo a abrir los ojos estoy rodeado por la multitud. Ellos dos están entre todo ese montón de gente y tengo que encontrarles. Miro de lado a lado y justo en el instante en el que me iba a rendir los veo. Están al final del todo, con cara de venganza, pero cuando nuestras miradas de cruzan sus expresiones cambian, ahora tienen terror. Es el momento. Sé lo que tengo que hacer para que todo termine. Corro hacia ellos y como habitualmente la gente se aleja de mí haciendo un pasillo entre ellos y yo. Me paro enfrente de ellos. La gente se coloco alrededor de nosotros con mirada curiosa. No saben lo que está sucediendo, lo que ha cambiado. He cambiado yo. Le miro a él y hablo:
- Este es mi sueño, yo lo controlo.
En ese instante él se rompe en mil pedazos que caen al suelo. El viento los mueve y los esparce hasta que no queda ninguno dentro del círculo. Ella llora. Yo sonrío, aunque me duele verla llorar. Abro la boca pero no me salen las palabras. Ella cae de rodillas al suelo mientras llora.
- No estoy solo. – Digo.
En ese mismo instante detrás de mí aparecen poco a poco unas formas. Las reconozco al instante, son ellos. Son mis amigos, todos y cada uno de ellos.
- ¿Ves este grupo? – Pregunto. – Son mis amigos. Tú antes estabas en este grupo pero decidiste irte, cambiarme por él.
Señalo un pedazo del suelo para que lo vea. Ella levanta la cabeza y se seca las lágrimas.
- Yo nunca te cambie. – Dice. – Solo lo preferí a él.
- Yo nunca te olvidé. – Digo. – Me hiciste daño.
- No era mi intención. – Contesta.
- Lo sé, pero lo hiciste. – Respondo.
Estiro el brazo para ayudarla a levantarse. Ella lo agarra con firmeza. Ya no recordaba ni el tacto de su piel. Ella nota que sonrío y se sonroja.
- Aún puedes volver. – Señalo al grupo de mis amigos incitándola a que vaya. – Te recibiré con los brazos abiertos.

Ella no contesta. Me mira. Hacía tanto tiempo que no veía esos preciosos ojos… Una lágrima sale de mis ojos. Ella se acerca, me seca la lágrima y me sonríe. No hace falta que diga nada, lo he entendido todo. La abrazo con todas mis fuerzas y no paro, no quiero soltarla ahora que ha vuelto pero tengo que hacerlo. Ella comienza a caminar y se reúne con todos los demás. Ella ha vuelto. En ese mismo instante despierto. Todo ha sido un sueño, no ha sido realidad. Ella no ha vuelto, ni sé si lo hará. Solo deseo con todas mis fuerzas que lo haga.

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