domingo, 8 de marzo de 2015

El tiempo.

El tiempo avanza, imparable e implacable contra todo. El tiempo nos consume, igual que nosotros lo consumimos a él. Luchamos contra el paso del tiempo, buscamos aferrarnos al pasado con la esperanza de que todo vaya más lento o nos ahogamos en el presente porque el tiempo avanza más rápido que nuestro propio ser. Deseas que el día pase rápido para poder aprovechar el poco tiempo libre que te queda al final del día pero cuando te das cuenta ya no queda, ya no te queda tiempo para vivir. Luchamos contra algo infinito con nuestra finita fuerza que no es suficiente para pararlo.
La rutina nos consume el tiempo, pero no podemos escapar de ella. ¿Quién puede romper con la rutina si no te deja tiempo para ello? Queremos hacerlo con todas nuestras fuerzas, pero a veces querer no es poder. Para romper con la rutina tenemos que dejar las obligaciones de lado pero ¿quién puede hacerlo? ¿Quién puede dejar de lado algo que deberías hacer?

Queremos ganar tiempo pero no podemos. Queremos vivir pero no nos dejan.

Nuestra vida se resume en algo tan sencillo como el tiempo. La vida es el tiempo que transcurre hasta la muerte. Perdemos el tiempo y la vida. Quizás deberíamos luchar por él, por el tiempo, por nuestro tiempo. Quizás deberíamos vivirlo y no dejarlo pasar. Quizás…

No hay comentarios:

Publicar un comentario