viernes, 11 de julio de 2014

Ruinas olvidadas.

Al final del horizonte hay una pequeña villa, una villa olvidada. Aquella pequeña villa, ahora abandonada, fue durante mucho tiempo habitada por muchas personas y ahora… La soledad reina en ella. Calles y calles vacías, llenas del silencio absoluto. El polvo se amontona en los muebles de las casas, o de lo que alguna vez fueron casas. Coches en las calles llevan sin ser movidos desde hace años. Restaurantes llenos de sillas sin dueño, bebidas sin nadie de quien ser bebidas y de comida podrida. Cristales hechos pedazos de lo que alguna vez fueron ventanas se encuentran en el suelo de las calles. Un espejo en el suelo hecho añicos refleja la soledad de la villa y no el reflejo de su antiguo dueño o de alguna persona, no lo refleja desde hace años, desde que todo el mundo salió huyendo de ella. En aquella villa reinaba la felicidad, la vida, la alegría, todos son bonitos recuerdos pero ahora… Ahora reina la tristeza, la soledad, la amargura, la muerte. Esta villa está llena de recuerdos olvidados, todos aquellos recuerdos que la gente no quiere recordar o los que se han olvidado viven en esta villa, olvidada como ellos. Todas las personas se fueron de la villa, se fueron a la ciudad en busca de popularidad, de nuevas amistades, de fama. Se fueron huyendo de la soledad, el más y temido miedo de las personas, se fueron buscando más amistades y dejaron a la villa llena de su gran miedo, la soledad. Las personas somos así, hacemos lo que no queremos para nosotros a los demás. Coches se acercan a ella y cuando la villa vuelve a ver la luz al final del túnel, cuando ve un rayo de esperanza de volver a ser lo que fue, el coche da la vuelta y se va. Era obvio. ¿Quién quiere a lugares abandonados, a lugares tristes, a lugares destrozados? Nadie, nadie quiere esos lugares. En un futuro, esa villa solo será ruinas. Llegará un día en la que nadie la recuerde ni en sus más profundos recuerdos, ni siquiera sus antiguos habitantes la recordarán. La villa, igual que nosotros, está condenada al olvido, algo inevitable. Sólo se puede retrasar un tiempo lo irremediable pero finalmente todo acaba siendo olvidado, hasta la persona más famosa de toda la historia será olvidada. Y la villa no es la excepción, nunca hay excepciones en el olvido. El olvido es un agujero negro, un pozo sin fondo, se traga a todo y a todos, nadie se salvará de ello y como es obvio, yo tampoco soy la excepción. Y cuando nosotros seamos olvidados, la villa guardará nuestro recuerdo en sus grandes calles. 

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