Todas las noches observo el oscuro
cielo y admiro cada una de sus estrellas esperando encontrar tus ojos en ellas.
Y no te alcanzo y mis ojos se vuelven agua donde me ahogo. Intento nadar entre
la tormenta, llegar a tierra firme. Las olas chocan contra mi cuerpo y lo
golpean hasta cansarlo, pero sigo nadando. Sé que después de la tormenta viene
la calma, sé que si sigo nadando llegaré a tierra firme. Llegaré a tus ojos, al
mar tranquilo donde las heridas cicatrizan. Y sigo nadando por ti, por mí.
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