lunes, 22 de septiembre de 2014

Impacto.

El olvido, tan temido y tan ansiado por todos. Todos tememos ser olvidados y a la vez deseamos con todas nuestras ansias olvidar algo o a alguien. El olvido… ¿Cómo una palabra puede significar tanto en nuestras vidas? Es irónico que el olvido lo recuerde todo el mundo, es el olvido, debería ser olvidado y no recordarlo nadie. Invade nuestras mentes, la idea del olvido nos atrae al igual que el polo norte de un imán a su opuesto. ¿Quién no ha deseado alguna vez en su vida el olvido? ¿Y quién no lo ha temido? Nadie, absolutamente nadie, y quien diga lo contrario miente. Hace unos meses diría que el olvido era una de mis metas pero me desvié del camino y lo olvidé, olvidé al olvido y al igual que al olvido a ella. Ella era un planeta, un planeta hermoso y tentador, y yo solo un asteroide atraído por su fuerza gravitatoria que empezó a orbitar a su alrededor. Como la Luna a la Tierra. Su fuerza gravitatoria me sacó de mi orbita y me dirigí directo a impactarme contra ella, ha destruirme pedazo a pedazo, a arder al pasar su atmosfera, a volatilizarme. Pero eso nunca ocurrió, no impacté, un agujero negro me trago y me envió a quilómetros de ella, y la olvidé. Olvidé el olvido, olvidé mi llama interior que ardía con su fuerza y que ella alimentaba, y mi combustible se acabó y se apagó. Mis pensamientos desaparecieron, mi cabeza se vacío, de ella y de todo. Pero volvieron, volvieron al salir de ese agujero negro que me tenía perdido en otro mundo, un mundo lleno de tranquilidad y soledad, un mundo muy tentador. Mis pensamientos volvieron pero ella ya no estaba presente en ellos, y me sentí vacío como nunca me había sentido. Ahora sólo soy un asteroide perdido en este Universo, sin un rumbo claro y solo en la infinidad. A veces sigo notando su fuerza gravitatoria atrayéndome hacía ella, y mi interior vuelve a arder, pero apago la llama antes de que vaya a más. El olvido vuelve a ser olvidado, y mi amor hacía ella también.

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